Una semana después de haberles mostrado la ruleta y de darnos cuenta que no era lo indicado, ya que aunque en el principio las ruletas fueron divertidas y contenían mucha información, al poco tiempo de usarla los actores perdieron interés. El tener puntos (que reemplazaban calorías) en la ruleta de alimentación confundía a los usuarios.
Al ver que las ruletas no funcionaban como esperábamos, optamos por prototipar diferentes tipos de cartas, las de actividades para distribuir las tareas de la casa y las de alimentos y recetas para proporcionarles información nueva. Vemos que las cartas de actividades necesitan de un incentivo pues los miembros de la familia están acostumbrados a que sea la mamá quien hace las tareas. Esto lo logramos con un sistema de recompensa regulado por puntos al culminar las actividades.
Por otro lado notamos que las cartas con recetas motivaban a los integrantes a probar nuevas alimentos y preparaciones. Al poco tiempo de esta actividad los integrantes habían memorizado las recetas.
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